Ruth Gordón y Gonzalo Rubio abrieron en 2008 en su finca de Los Molinos, donde tienen su vivienda, un jardín botánico y un centro de fauna

OVIEDO, ANA PAZ PAREDES Echando la vista atrás, ni Ruth Gordón ni Gonzalo Rubio habrían imaginado que aquel día en que decidieron adecuar un estanque para cisnes y un rincón destinado a loros por su amor a los animales, en su casa en Los Molinos, pueblo ubicado en las afueras de Oviedo, pondrían en marcha un proyecto que hoy es una realidad reconocida y valorada por los amantes de la fauna en general: el Núcleo Zoológico «El Bosque». Padres de dos hijos, Daniel, de 15 años y Esther, de 11, desde que se conocieron, esta pareja siempre tuvo claro que quería vivir en un pueblo,

 

«Hace trece años compramos la casa y luego la finca. Antes, ya habíamos vivido en otra casa en el campo, de alquiler, en la zona de La Manjoya. Queríamos campo no muy lejos de la ciudad y este lugar fue el elegido. A los dos nos gusta vivir en armonía con la naturaleza y siempre nos hemos sentido atraídos tanto por los animales como por la flora», explica Rubio. «Hicimos de todo. Fuimos rehabilitando la casa poco a poco y también pusimos en pie un jardín botánico. Cuando los amigos vieron todo esto nos empezaron a animar para que parcelásemos el terreno y pusiéramos en marcha un pequeño zoológico. En 2006 empezamos con todo el papeleo y finalmente, después de dos años, en 2008 abrimos al público. Cuando empezamos teníamos, entre otros animales, varias especies de loros, canguros, avestruces, ardillas y anátidas. Con el paso del tiempo, fuimos mejorando las instalaciones al ritmo en que íbamos recibiendo nuevos animales», añade.

 

Con mucho tesón, mucho trabajo y, sobre todo, la pasión que ambos sienten por los animales, han sacado adelante un proyecto que, en principio, casi parecía imposible. «Hay gente en el campo que se dedica a continuar la ganadería familiar, otros buscan cultivos novedosos como el arándano, otros son artesanos y otros se dedican a la fabricación de quesos, pero en esto de poner en funcionamiento un zoológico en un pueblo y, sin embargo, a dos pasos de Oviedo, creo que somos los primeros», dice con una sonrisa el hombre.

 

Durante la temporada escolar, reciben numerosas visitas de colegios en el zoológico. En los meses de verano se deja notar más la presencia de turistas, tanto de la propia región como de otros lugares. Cierran tres meses: diciembre, enero y febrero. En cuanto a la crisis, Gordón señala que «como todos, sí la notamos, pero no nos podemos quejar», Por su parte, Gordón subraya que no tiene apoyo institucional de ningún tipo y que el espacio se mantiene gracias a sus socios, que ya son medio centenar, y de los que apadrinan algunos animales.

 

«Las instalaciones mejoraron y siguen mejorando, pero el problema es que no tenemos ayuda de ninguna administración. Lo bueno sería que nos apoyaran, aunque fuera en cosas sencillas como subvencionar la instalación para algún animal, cosas así», asegura Rubio, tras destacar que el Núcleo Zoológico «El Bosque» es también un centro de recuperación de ejemplares heridos o abandonados. «El cincuenta por ciento de los animales que llegan a este recinto son rescatados, bien de decomisos de algún particular que se tiene que deshacer de ellos, o bien porque antes habían sido maltratados. Nos llegan animales procedentes de toda España», afirma Gordón.

 

Ambos sostienen que no cambian por nada su casa y su modo de entender la vida en el campo. «Esto es lo que llaman calidad de vida porque es que, además de vivir en un pueblo, también tenemos cerca la ciudad para cualquier necesidad que pueda surgir con los animales. Vivir en plena Naturaleza y, con ella, es lo que elegimos. Nosotros creemos que lejos del espacio urbano hay recursos. El único problema que apreciamos tiene que ver con las rentas», señalan estos dos conservacionistas de convicción.

Fuente: La Nueva España