El girasol es originario de Perú y México, aunque lleva siglos cultivándose en muchos lugares de Europa. Es una planta herbácea muy robusta, de hasta 3 m de alto, con el tallo grueso y rugoso, las hojas triangulares o acorazonadas. Capítulos florales muy grandes, de hasta 30 cm de diámetro. Los frutos son ovoides y aplanados. Los capítulos tienden a encararse hacia Levante al amanecer y se orientan siguiendo la trayectoria del sol, de ahí su nombre.

  • Floración:

Florece en verano y en otoño se cosechan los frutos para el aprovechamiento de las semillas. Hojas y flores también son utilizadas en medicina.

  • Propiedades:

Nutritivo, hipolipemiante, hipocolesterolemiante, emoliente, bactericida y antitérmico.

El aceite de semillas de girasol es, tras el aceite de oliva, el más utilizado en la alimentación humana. Es muy nutritivo, además de un gran aliado de la salud. Es válido para reforzar el ritmo cardíaco en la prevención de la arteriosclerosis y como un buen remedio natural para regular los niveles de colesterol en sangre. Se considera una fuente de minerales, especialmente hierro, adecuada en organismos debilitados y anémicos. En uso externo, el aceite de girasol muestra una clara acción reparadora sobre pieles delicadas y resecas. Se puede utilizar en decocción de semillas o infusión de hojas y flores, aceite de semillas para uso alimentario y aceite para aplicación tópica sobre la piel. Las infusiones de pétalos de girasol se usan para tratar resfriados y distintas afecciones respiratorias.

  • Remedio casero contra el dolor de cabeza:

Media cucharada sopera de hojas o flores por cada taza de agua.

  • Curiosidades:

Cuenta la leyenda que las semillas de girasol ya eran ampliamente utilizadas por los pueblos indígenas americanos mucho antes de la llegada de los primeros colonos europeos. El girasol fue introducido en Europa en el siglo XVI y su cultivo se propagó rápidamente.